lunes, 20 de abril de 2015

Rosquillas de leche condensada y anís

Hace prácticamente un mes que no me paso por aquí. Han sido días intensos en los que hemos disfrutado a veces y otras veces no tanto. Personalmente, me gusta compartir las alegrías y el dos de abril he tenido una muy grande :)

En plena Semana Santa, hicimos una escapada familiar al Parque de la Naturaleza de Cabárceno en Santander. Llevábamos tiempo queriendo hacerlo por una promesa que habíamos hecho a nuestro hijo y, como tal, no podíamos incumplir. Hace catorce años, aún de novios, mi marido y yo visitamos este parque y ya tocaba volver con la familia crecida.¡Lo pasamos genial!

El caso es que a la ida paramos en Gijón (¡cómo me gusta esta preciosa ciudad!) y pude dar ese esperado fuerte abrazo a mi querida, dulce y bella Begoña de La cocina de Samira. Si algo me ha regalado este espacio, es tener la enorme suerte de conocer y  compartir momentos muy especiales con gente maravillosa a la que he cogido un gran cariño. Begoña es una de ellas y me siento muy afortunada de tenerla entre mis amistades. Ella ya me conoce un poquito y sabe que no soy una mujer de muchos aspavientos, pero también sabe que mi cariño es para ella incondicional. 

Y es por ello que hoy le dedico esta entrada con una de sus fantásticas recetas que son muchas y todas magníficas ¡Begoooo, va por ti! :)


¿A que se os hace la boca agua?  Pues, vamos con la receta :)

Ingredientes:

  • 4 huevos medianos.
  • 200 gr. de leche condensada.
  • Media copita de anís.
  • 560 gr. de harina.
  • Una pizca de sal.
  • Un sobre de levadura química.
  • Aceite de girasol para freír.
  • Azúcar glasé y canela para rebozar.

Preparación:

  • Comenzamos batiendo los huevos con la leche condensada. Una vez batidos, añadimos el anís y la harina previamente tamizada junto a la levadura y la sal.
  • Mezclamos todo con una cuchara de madera y dejamos reposar la masa al menos media hora. Yo la he dejado dos horas.
  • A continuación, damos forma a las rosquillas. Para que no se nos pegue la masa, humedecemos nuestras manos con aceite y vamos formando bolitas a las que haremos un agujero en el medio para dar forma de rosca.
  • En una sartén con abundante aceite, las freiremos hasta que doren. Luego, las vamos retirando y dejamos en una bandeja con papel de cocina.
  • Finalmente, las rebozaremos en una mezcla de azúcar glasé y canela si así gusta, aunque podemos comerlas sin ese rebozado porque están igual de buenas, sólo hay que verlas:


Volveré pronto porque tengo preparada una sorpresa que espero que os guste, así que no me olvidéis :)

Mil gracias por estar tan cerca.

Biquiños mil, 







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