Domingo pasado. Nueve de la mañana. LLueve. Bostezo. Silencio en casa. Todos duermen. Me dirijo a la cocina. Antojo. Mi taza favorita. Galletaaaaa.....
Abro la nevera. Una cucharada de mantequilla sin sal. Derrito en microondas. Una cucharada de azúcar blanco. Una cucharada de azúcar moreno. Media sonrisa. Mezclo con un tenedor. Bostezo. Una yema. Media cucharadita de vainilla. ¡Qué bien huele! Sigo mezclando. Una pizca de sal. Tres cucharadas de harina. ¿Qué me falta? ¡Ah, sí! Gotas de chocolate...Menudo olvido :P Microondas. Potencia máxima. 40 segundos de espera y ... FELICIDAD :)
Fuente: Recetín