Buenos días a tod@s :) Durante los pasados días de descanso escolar, una de las actividades de la que hemos disfrutado mi hijo y yo ha sido la de preparar unas dulces nubes caseras. La mamá de un amigo de mi hijo me pasó su receta (¡gracias, cielo!) y recordé que es casi idéntica a la de mi amiga Belén. Eso sí, la receta es muy pero que muy sencilla como veréis a continuación:
Ingredientes:
- Un sobre de gelatina neutra.
- Un sobre de gelatina de fresa (aunque podéis elegir el sabor que más os guste).
- 200 ml. de agua.
- 150 gr. de azúcar.
- Azúcar glasé y maizena para rebozar y decorar.
Preparación:
- Lo primero que haremos será calentar el agua y, una vez caliente, sin llegar a hervir, añadimos ambos sobres de gelatina poco a poco y el azúcar. Tenemos que remover con unas varillas hasta conseguir disolver los ingredientes y que queden totalmente integrados. Dejamos enfriar la mezcla durante aproximadamente una hora.
- Pasado ese tiempo, batimos hasta conseguir una mezcla que se parezca al merengue.
- Vertemos la mezcla en un molde que previamente habremos engrasado con mantequilla o forrado con papel film, como hicimos nosotros y dejamos reposar unas horas. Nosotros lo hicimos por la tarde y dejamos la mezcla toda una noche en la nevera.
- Es el momento de desmoldar y cortar al gusto, escogiendo el cortador que más os apetezca o simplemente cortar unos cuadraditos con un cuchillo.
- Si elegimos utilizar un cortador, para conseguir un corte perfecto, podemos espolvorear un poco de azúcar glasé y maizena sobre la masa e incluso también "rebozar" el cortador. Una vez cortadas las nubes, también las rebozaremos en la misma mezcla.
Como podéis ver, a nosotros nos falló el tiempo de batido. Tenía que haber sido mayor para dar más ligereza a nuestras nubes. Podéis comprobarlo vosotros mismos :P
Preparar nubes ha sido una experiencia que calificaría como muy "pringosa", jajajaja... Sinceramente, lo hemos pasado muy bien haciéndolas, aunque lo peor haya sido tener que esperar toda una noche dejando enfriar la mezcla. Sin embargo, al contrario de lo que yo esperaba, os confieso que a mi hijo no le ha gustado nada comerlas. Sigue prefiriendo las chuches compradas, a pesar de las contadas veces que las tiene en la mano. En fin, ¡qué le vamos a hacer! Yo, desde luego, prefiero las caseras mil veces.
Ahora queda que vosotros las probéis y comparéis :)
Biquiños a montones y feliz próximo fin de semana,
