Estar de vacaciones la familia al completo es de lo más gratificante. Me encanta disfrutar de este ir y venir sin preocuparse de los rígidos horarios del invierno. Los despertares llenos de risas y cosquillas, las actividades al aire libre, nadar, pasear, andar en bici, las no dietas, los esperados encuentros con personas a las que nos sentimos vinculados profundamente y que no vemos tanto como nos gustaría, infinitos momentos inolvidables... y, por supuesto, ¿qué sería de los veranos sin los helados compartidos? :)
Pues en este mes de agosto, que ya tenemos mediado (¡madre mía, cómo pasa el tiempo!), no quería dejar de compartir con vosotros alguno de los helados que hemos preparado en casa esta temporada. Riquísimos, deliciosos, irresistibles, nuestra versión casera nada tiene que envidiar a los helados que se compran fuera. Estamos haciendo buen uso de nuestra heladora, ¡sí señor@!
Mi marido ya le tiene el tranganillo cogido a este aparato, jajajaja... Mirad, mirad :))))))
Ahí va la receta:
Ingredientes:
- 250 gr. de leche.
- 200 ml. de nata para montar.
- 2 yemas de huevo.
- 100 gr. de azúcar glas.
- 25 gr. de cacao.
- 100 gr. de chocolate negro fondant.
Preparación:
- Primero, batimos las dos yemas de huevo junto al azúcar glas y reservamos.
- A continuación, en un cazo ponemos a calentar la leche junto a la nata y el cacao. Revolvemos lentamente y una vez caliente pero sin hervir añadimos el chocolate negro fondant en trocitos hasta integrar.
- Una vez hayamos integrado el chocolate, vertemos las yemas batidas anteriormente y seguimos revolviendo lentamente para calentar pero sin hervir.
- Dejamos templar la mezcla y luego la introducimos en la nevera donde dejaremos reposar al menos un par de horas.
- Preparada la heladera, introducimos la masa y dejamos trabajar hasta conseguir el espesor que deseemos y servir. Nosotros siempre pasamos la masa de la heladera con una cuchara de madera a un molde metálico y lo que nos sobre lo guardamos en el congelador, pero os aseguro que en un día lo comemos todito :))))
Los que no tengáis heladera podéis verter la masa en un recipiente metálico (por ejemplo, en un molde de repostería metálico como señalé antes) e introducirlo en el congelador unas dos o tres horas hasta que endurezca y listo (revolved la masa de vez en cuando para evitar que cristalice). Eso sí, antes de servirlo mejor dejarlo fuera unos quince minutos.
Os aseguro que el helado queda de lo más cremoso. Como no nos gusta demasiado frío, no lo dejamos congelar del todo y no veáis cómo nos pusimos :)
Mi hijo quería compartir con vosotros su segunda ración en el día, jajajajaja....
Espero que perdonéis el hecho de que las fotos no se muestren muy cuidadas. La verdad es que simplemente reflejan la tranquilidad y sosiego de unos días en los que sólo importa disfrutar de nosotros mismos sin más expectativas :)
Os deseo a tod@s un muy feliz mes de agosto. Biquiños a montones,