Hace unos días que cumplí 39 añazos. A veces me da vértigo pensar en lo rápido que discurren los años sobre todo desde que me convertí en madre. Sin embargo, mi gratitud por estar viva y disfrutar de cada cumpleaños rodeada del calor de aquellos a los que más quiero es infinita. Y, por supuesto, en un día tan especial no podía faltar una tarta no menos especial :)
Sin demasiadas complicaciones, opté por una tarta de cumpleaños sencilla y de textura suave para la que no se necesita encender el horno, aunque ahora apetezca hacerlo. Las mañanas y las tardes ya corren frescas por estos lares :)
La tarta se la había visto a Laura y estaba deseando a probarla. Mi cumpleaños me pareció el momento ideal :) El Nesquik de fresa es el ingrediente que le da ese bonito color rosado. Además, aporta el sabor a fresa que junto al queso recuerda a los ricos petit suisse que comíamos con tanto placer cuando éramos niños. La tarta es realmente una delicia y os animo a que no tardéis en prepararla porque será un éxito en casa :)
Os dejo con la receta (molde de 22 cms):
Ingredientes:
- 180 gr. de galletas tipo digestive.
- 65 gr. de mantequilla.
- 100 ml. de agua.
- 4 hojas de gelatina.
- 200 ml. de nata para montar.
- 400 gr. de queso para untar.
- 75 gr. de azúcar glas.
- 100 gr. de Nesquik de fresa.
Preparación:
- Empezamos dejando hidratar las hojas de gelatina en agua.
- Ahora, cogemos el molde y si queréis forráis la base con papel de horno. Para mi comodidad, yo lo que hago es coger una hoja de este papel y, como el molde es desmoldable, lo encajo en él. Si preferís, también podéis cortar un círculo de papel de horno con el mismo diámetro de la base del molde.
- A continuación, trituramos las galletas y derretimos la mantequilla en el microondas. Mézclamos ambos ingredientes y preparamos la base de la tarta ya en el molde. Una vez esté hecha, guardamos el molde en el frigorífico.
- Ahora, vamos a preparar la crema. En un cazo, calentamos el agua y, antes de hervir, incorporamos la gelatina ya hidratada. Mezclamos hasta integrar y seguimos incorporando el queso, la nata, el azúcar y el Nesquik de fresa sin dejar de revolver hasta que consigamos una mezcla homogénea. La vertemos sobre la base de la tarta y la dejamos templar diez minutos hasta llevar de nuevo a la nevera mínimo unas tres horas. En mi caso, la tarta la preparé por la noche del día anterior a mi cumple y pasó toda la noche en la nevera, quedando muy rica :)
Espero que os guste la entrada de hoy. Antes de que acabe agosto, procuraré dejaros al menos una recetilla más :) Mientras tanto, a seguir disfrutando del verano como se merece.
Biquiños,