No hay nada que me anime más a hornear con doble de ganas que ser invitada a comer a casa de mi familia. Y así fue el otro día :) Y dado que fue una invitación repentina, nada mejor que una receta sencilla y rica, bien rica.
Tenía un bote de leche condensada abierto para la tartaleta de frutas de la entrada anterior y había que darle un rápido y buen uso. Dicho y hecho :) A la cocinaaaaa!
Ingredientes:
- 300 gr. de leche condensada.
- 4 huevos (eran pequeños y caseros).
- 200 gr. de harina (un vaso) previamente tamizada.
- 70 gr. de mantequilla.
- Medio sobre de levadura.
Preparación:
- En un cuenco vertemos la leche condensada, a la que vamos añadiendo los huevos uno a uno batiendo hasta integrarlos.
- A continuación, añadimos la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente y seguimos batiendo.
- Finalmente, incorporamos la harina y la levadura tamizadas de antemano.
- Precalentamos el horno a 170-180º, engrasamos el molde, vertemos la masa y al horno durante 35-40 minutos. Ya sabeis lo que siempre os digo: cada horno es un mundo, así que con el truco de la aguja podemos asegurarnos de que el bizcocho esté listo.
No tengo foto de corte, pero puedo decir que estaba muy rico acompañado de buena compañía, un agradable café bien calentito y viendo la nieve caer por la ventana. ¿Hay algo mejor?
Muchas gracias por estar ahí, disfrutar del fin de semana que comienza y mucho ánimo para la semana que en breve empieza, última ya de enero :)
Biquiños mil,